martes, 4 de abril de 2017

Un viaje a Austria - Dia 2 - PARTE 1

A las 6.00 de la mañana comencé a escuchar ruido de bolsas plásticas. También escuché que alguien estaba empacando y ordenando cosas. Traté de seguir durmiendo, pero el ruido no cesaba.
Después escuché que otra persona abría un locker y también hacia ruido.
Así que dije, bueno es hora de levantarse, comencé a alistar mis cosas. Una de las chicas que empacaba me miro, sonrió y saludó. 
Comenzamos a platicar, me contó que era de Alemania y que le encantaba Mozart. (Genial, pensé). 
Después de unos momentos de charla, me comentó que tenia dos entradas para ir a visitar la casa de Mozart, donde él vivió un buen tiempo con su familia.
Ella hablaba bastante rápido y con un acento alemán bastante marcado, por lo que se me dificultaba entenderle algunas cosas. 
Acepté su cordial invitación. Quedamos a las 9 estar listas en el comedor del hostal. 

A las 9, emprendimos nuestro viaje a Stephansplatz. Mientras nos transportabamos me explicó como se usaba el mapa. Esa era la explicación que necesitaba para poder movilizarme. Todo cobro sentido para mi.
En el camino, también platicamos sobre nuestras profesiones y motivos de nuestras visitas a Viena. Ella me comento que su motivo era un concierto en conmemoración del gran Mozart.

Al bajarnos del metro, a pocos pasos estaba la iglesia San Esteban (Stephansdom), una catedral de lujo, la cual ya la había visto en películas y en fotos, pero de la que desconocía su nombre. 
Fuera y en los alrededores de la catedral, habían muchos muchachos vestidos de caballeros. Habían carrozas con caballos. Verdaderas carrozas. Elegantes chóferes y caballos  trajeados adornaban sin duda las hermosas calles de Viena.
Era como si estuviera en una película del  apogeo europeo.
¡Que esplendor!

Entramos a la casa de Mozart.
La verdad, fue un poco decepcionante entrar, ya que yo suponía que la casa estaría ambientada a como cuando Mozart vivió ahí. Era una casa moderna, pintada de blanco. Sin muebles. Únicamente en sus paredes habían composiciones, borradores, instrumentos, historia y manuscritos. 
Una casa de 3 pisos, en donde por medio de audífonos en el cuál se escogía el idioma , una voz , iba explicando cada objeto que se iba encontrando.
Fue exageradamente emocionante, cuando la alemana me iba explicando todo lo que ella sabia e iba agregando todo lo que los audios no decían, de hecho hubiera preferido que todo el recorrido lo hubiese hecho ella.
Su pasión realmente auténtica, me hizo admirarla y saber que mi pasión por Mozart no se comparaba en lo mínimo a la suya.
Una parte de la casa que me agrado mucho, fue una habitación que aun conservaba mármol y marfil, seguramente la habitación donde nuestro amado Mozart dormía.
En el lugar no se podian tomar fotos, pero rompiendo las normas, tome unas pocas.
Antes de salir, ella me dijo que si quería ir al sótano (uyyy pensé).

En el sótano había una exposición de Falco, del cual desconocía todo. Ella me explicó  que era un artista austriaco muy conocido (se asombró que no lo conociera) que había hecho la canción "rock me amadeus", la cuál era una canción muy vanguardista para la época y el video bastante atrevido para la época tambien. Video: https://www.youtube.com/watch?v=cVikZ8Oe_XA.
En el fondo del sótano se proyectaba el video. Habían expuestos los trajes utilizados en el video y por supuesto la historia de Falco.

Al salir del recorrido, fuimos a la catedral, y le comenté que yo quería entrar, pero que si ella tenia otros planes con gusto nos veíamos mas tarde.
Me comentó que en la iglesia había un mirador, pero que no era la gran cosa. Lo cual me emocionó mucho y le dije que quería subir. 
Así que me acompañó gentilmente. 
Para subir al mirador había que subir una escalera de caracol muy estrecha, en la que habia que pegarse mucho a la pared si alguien iba bajando y la cual no tenia descansos. Subir tantos escalones me dejó agotadísima.
Antes de llegar al mirador había una sala la cual no comprendí cual era su función, pero tome algunas fotos. 
El mirador era una pequeña habitación con telescopios en distintos puntos, desde donde se podía ver el esplendor de Viena.

Lastimosamente, ella me comentó que hay veces que dejan subir hasta el campanario , lo cual hubiera sido grandioso ver, pero en el momento y dia que subimos la habitación con telescopios era el ultimo lugar al que se podía subir.